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So hockt man jedes Jahr wie-
der gut gelaunt im Septem-
ber auf aufgeschichteten Strohbal-
len und tafelt lässig in großer Runde
in Sack und Asche gewandet. Da-
bei isst man genüsslich mit Fingern
angekohlte Würste und zerfleder-
te Fleischstückchen von Papptel-
lern. Reichlich fließt der Wein aus
Plastikbechern. Ungeniert pöbeln
Gaukler, lärmen Trommeln und
bocken Esel durchs schuppsende
Menschengewirr. Das Publikum
stampft freudig über dampfende
Pferdeäpfel durch hoffnungslos
überfüllte enge Gassen von Schau-
stück zu Schaustück – von Markt-
stand zu Marktstand – von Attrak-
tion zu Attraktion, um dann durstig
an dem einen oder anderen Bier-
stand zu verweilen. Bezahlt wird
ja nur mit Spielgeld. Das hat man
vorher allerdings gegen harte Eu-
ros getauscht. Es lebt sich leicht mit
versión europea de hoy en
día sabe bien qué tiene por
objeto: diversión máxima, siempre y
para todos. ¿Y por qué aburrirse en
casa? De esta manera, cada sep-
tiembre volvemos a sentarnos en las
pacas de paja para banquetear y
beber en la gran mesa redonda,
vestidos de estilo medieval. Con
placer, se comen salchichas cha-
muscadas con las manos y bistecs
de platos de cartón. El vino abun-
dante se sirve en vasos de cartón,
entre ruido de tambores, las moles-
tas de los juglares y la pestilencia
de los animales. El público apiso-
na las bostas de caballo mientras
que intenta avanzar por las calle-
jas estrechas y repletas de gente,
que todos quieren ver el próximo
espectáculo o puesto de mercado,
para, finalmente, quedarse en uno
de los numerosos puntos de venta
de cerveza. Al fin y al cabo, sólo se
paga con
dinero de ju-
guete. Dinero
que, evidente-
mente, se ha re-
cibido a cambio
de las monedas
duras del Euro.
Con alegría no es
difícil vivir con la ab-
surdidad.
Entre todas estas absur-
didades, sin embargo,
también se encuentran
algunas joyas. Con un
poco de suerte, se pueden
ver artistas en disfrazes real-
mente creativas, niños res-
plandecientes de felicidad o
se descubre algun puesto de
artesanía tradicional. Además,
hay puestos “medievales“ que
ofrecen aquel pan de campo tan
rico, hierbas frescas, queso de ca-